jueves, 1 de marzo de 2012

INFORME FINAL DEL PROYECTO

Este informe pretende dar cuenta de la importancia de los logros obtenidos en la ejecución del proyecto “Platícale a mi marido”, mismo que estuvo encaminado a fomentar y propiciar en comunidades indígenas la cultura del buen trato hacia las mujeres principalmente, pero también entre los demás miembros de la familia y entre la pareja misma. En general consideramos que el proceso de realización de talleres llevados a cabo en la ciudad de Ometepec, con las siguientes temáticas:

GENERO: TEORIA Y VIOLENCIA

DERECHOS DE LAS MUJERES 1 y 2

ABC DEL GÉNERO

MALTRATO VS BUEN TRATO
 

De los talleres realizados, hubo logros considerables entre ellos:

Lograr la asistencia y participación mixta de distintas comunidades indígenas adscritas en la región de la costa chica de 5 Municipios.

Ganar y mantener el interés de la población masculina, lo que en este tipo de talleres resulta muy difícil dada la renuencia de este sector a temas que se tocaron en los talleres considerados del ámbito familiar y privado.

La participación de los hombres en talleres que implican reflexionar sobre un cambio de mentalidad en los tratos cotidianos con las mujeres es de vital importancia en las comunidades indígenas, recordemos que son ellos los que imparten la justicia, en las comunidades casi siempre son hombres los que fungen como autoridades comunitarias, es necesario para lograr un cambio dotar de elementos mínimos de conocimientos a los compañeros  acerca de temas como género, derechos de las mujeres, cultura del buen trato

La mayoría de las mujeres de la organización que promueven estos talleres, incluidas las de la mesa directiva son mujeres que han sufrido de violencia por parte de los maridos, padres, familiares o de la comunidad misma.

En ese sentido era importante  sensibilizar a los hombres acerca de la labor que realizan las mujeres, dentro de una organización y dotar de elementos a las mujeres que tienen un cargo para que sean propositivas con los otros miembros de su familia.

Al inicio de los talleres se notó cierta renuencia de los participantes algunos se sintieron  apenados, otros no sabían a qué asistían y lo vieron como una pérdida de tiempo mientras que en contraparte muchas compañeras y compañeros, vieron los talleres como una oportunidad para el desarrollo personal, para vivir bien.

Muchos externaron en un principio que en lo señalado en los talleres y el tema de los mismos eran aspectos que no tiene importancia y que solo son asuntos de mujeres; sin embargo, es importante señalar que esta perspectiva cambio de forma paulatina, para dar paso a un marcado interés que se reforzó con la realización de los demás talleres.

METAS

Se realizaron seis talleres con un promedio de 40 asistentes por taller, hombres y mujeres, de cinco municipios pertenecientes a la región de la Costa Chica.

Con lo ha dicho hasta ahora para nosotros como organización cumplimos con la meta, porque desde que ideamos el proyecto, sabíamos que el papel de los hombres, nuestras parejas y compañeros no saldrían como expertos en estos temas, en un nivel en el que incluso ellos mismos hicieran talleres. Pero si es importante comentar que este paso que se ha dado aunque es pequeño es de los más importantes. ya que lo que aquí se aprende se puede comunicar o replicar en la comunidad, con nuestros amigos o compadres, aprender de los problemas. y saber identificarlos, como la violencia y el maltrato es un paso para poder cambiarlos.

Otro aspecto que es digno de mencionarse son las propuestas generadas desde los asistentes a los talleres y que proveen de materia prima para futuros proyectos y propuestas destacamos solo los más importantes:

Se propuso realizar talleres que permitan formar DEFENSORAS POPULARES JUSTICIA es decir compañeras capacitadas en los conocimientos básicos de los Derechos de las mujeres paraque a su vez ellas puedan replicar sus conocimientos en las comunidades a las que pertenecen e incidir en la resolución de algunas de las problemáticas más comunes, como violencia intrafamiliar, violencia sexual, violaciones a los derechos humanos.

Particularmente interesante resulta la participación masculina que en uno de los talleres incluso propusieron nuevas temáticas como “Platícale a mi compadre”, donde la participación fuese solo masculina para compartir los aprendizajes en confianza y con libertad entre hombres.

La particularidad étnica y social del grupo al que se dirigieron los talleres represento un reto, pues está fincada en rasgos culturales muy marcados asociados a ubicar a las mujeres en condiciones de suma discriminación en cuanto a su papel dentro de la familia y de la comunidad, por lo que el proceso requirió de metodología específica para poder abordar con mujeres y hombres indígenas aspectos como la sexualidad, el maltrato sicológico y otras formas de violencia y de sumisión en la pareja en un espacio público y de compartimiento temas que se consideran del ámbito de la vida privada. Sin embargo, en la región la violencia y la descomposición social es muy grave y este tipo de ejercicios no solo son importantes sino necesarios.

Los pasos aún cuando parecen pequeños son muy importantes para poder caminar hacia un mejor trato con y hacia la mujer e ir desterrando prácticas nocivas como la violencia física, el alcoholismo, la drogadicción y el maltrato hacia los niños en las comunidades indígenas, este cambio no sólo es un interés de la organización que planteo el proyecto, sino que es una necesidad sentida de las propias mujeres indígenas que aspiran a formas de convivencia más armónicas de convivencia con la pareja.