Este taller tiene como
objetivo que ustedes sean conscientes de que existen relaciones de poder en
todas partes, en el trabajo, en la escuela, en los partidos políticos, en
la iglesia, y también en la familia.
¿Quién no sabe que todas
las mujeres son iguales al hombre?
Puede haber muchas que
sepan, pero que en los hechos sigan dominando uno en la familia, sea el hombre
o la mujer.
La ignorancia
de la ley de igualdad se da pareja tanto en hombres como en mujeres. ¿Por qué
es importante saber que hay una ley que dice que somos iguales? Nos interesa
saber que somos iguales y luchar por la igualdad porque la manera en que el
mundo ha funcionado hasta ahora ha sido equivocada. Por eso cada una de ustedes
debe luchar por la igualdad, en su casa, con su familia, pero también fuera de
su casa, con las vecinas, con los vecinos.
- Sí hemos vivido en
un mundo equivocado, pero también porque nosotras las mujeres permitimos esa
situación. Nosotras como mamás criamos a nuestros hijos de la misma forma.
Nosotras tenemos todo el poder, mientras que lo aplique, si no lo aplique, si
no el mundo seguirá equivocado. Mi mamá sufrió mucha violencia y dijo para qué
exigir la ley si una demanda tarda como 6 meses en ser procesada, dijo "la
ley la tengo yo", y dijo que se iba de la casa y que lo único que la iba a
detener es que la mate, quién se fue" el hombre.
- La decisión, es el
arma numero uno de la mujer.
Lo que dice la Realidad
- Creen que se viviría mejor
si se cumpliera la ley?
- Todas: sí!
Entonces ustedes tienen
una gran responsabilidad, de hacer en sus casas y sus comunidades lo que dice
la ley, de tomar la decisión de empezar a trabajar por la igualdad.
El Poder
Es la capacidad que tiene
un individuo o grupo de individuos para cambiar la conducta de otro u otra, en
la forma deseada, y de impedir que la propia conducta de uno/a sea modificada
en la forma en que no se desea.
Entonces ahora les toca a
ustedes TOMAR EL PODER. Ustedes ya tienen mucha experiencia de cómo tomar el
poder. La compañera Paulina nos contaba cómo su mamá se impuso sobre su papá,
hasta que hizo lo que ella deseaba, y educó a su hijo y a su hija en la
igualdad.
Las costumbres son que el
papel del hombre es Mandar, y el papel de la Mujer Obedecer. Esa es la
costumbre, pero podemos cambiarla.
Por ejemplo,
¿Quién decide cuántos
hijos tiene?
¿Quién decide si los
hijos estudian?
¿Quién decide la venta de
la cosecha?
¿Quién decide en qué se
invierte el dinero?
- La mujer siempre
tiene más carga que el hombre, somos iguales los dos, y los dos debemos
trabajar igual
- Pero porque
queremos, yo ya no me mato. Necesitamos pasar de la teoría a los hechos, igual
que del derecho a la realidad. Mi marido es campesino, y aprendió. Si yo
escucho acá, y no aplico a la casa, creo que nunca voy a mejorarme. De la red
de Kinal que somos más de 50 hemos recibido muchísimas capacitaciones, solo 8
hemos mejorado, el resto seguimos igual. Mujeres, no perdemos nada, que te
grite, pues siempre nos han gritado. Porque ellos son listos, si ven que no hay
de comer, aprenden a cocinar, si no hay platos limpios, ahí está el lavadero.
- Lo que
comparte la compañera es importante. Solo unas pocas de la organización han
cambiado su conducta en la casa. Lo que tenemos que hacer es aprender cómo hace
para que cambie.
Espero que este ejercicio
les haya servido para observar la falta de balance, la desigualdad que hay en
las tareas.
¿Por qué debemos cambiar?
El cambio empieza con
ustedes. Hay cambios que se han dado que son grandes, van más allá de nuestra
familia, de nuestro entorno. Algunas de ustedes mismas han sido o son autoridades,
es un cambio que se puede reconocer. Ahora las mujeres trabajan también
fuera de la casa, porque aunque el marido trabaje, su salario solo no alcanza
para mantener a la familia. Eso es un cambio grande, la mujer sale, empieza a
aprender cosas nuevas, trabajo de oficina, subirse a la combi. Empieza a haber
también organizaciones de mujeres. Los programas asistenciales,
también es algo nuevo, como Oportunidades, que también dan pláticas, aprende a
hacer las cosas con más limpieza. 70 y más, Procampo, etc.
Hay cosas que están
cambiando por lo tanto nosotros también tenemos que cambiar. Pero, necesitamos
tener muy claro cuáles son nuestras fortalezas y nuestras debilidades. Qué
tengo de fortaleza,que ayuda a lograr el cambio, qué tengo de debilidad, que tengo que cambiar
para convertirla en fortaleza.
FORTALEZAS
- Nosotras tenemos la
decisión de cambiar, ya decidimos
- Valor, si es que lo
tenemos, si no se convierte en debilidad ("tengo temor de cambiar, porque
mi marido me amenaza")
- La capacidad de cambiar
- La comunicación (si he
desarrollado la comunicación con mi marido y mis hijos. Puede convertirse en
debilidad, si no tengo esa comunicación)
- La voluntad
- El amor (si tienes amor
por tu familia, por tus hijos, eso te ayuda a cambiar)
DEBILIDADES
- El miedo (quienes tienen miedo son débiles)
- Falta de comunicación
con parejas, hijos
- Quedarse callado, no
decir lo que sientes
- Falta de decisión
(aunque sepas que debes cambiar, no te decides a hacerlo)
- Inseguridad (prefiero
callarme a decir lo que pienso)
- Falta de recursos
económicos (si digo lo que pienso, a lo mejor me corre, y cómo me voy a
mantener a mí y a mis hijos. La ley dice que los bienes de la familia son por
partes iguales).
LA DIVERSIDAD
Cada cabeza es un mundo, cada uno tiene su forma de pensar. Es favorable
que haya dos modos de pensar, mientras que se pueda compartir y dialogar esas
dos formas de pensar. Hay que tener un puente entre una cabeza y otra: ese
puente es la comunicación, y entonces esa debilidad se convierte en fortaleza.
Si vivimos separados y no compartimos nuestros puntos de vista así nos
quedamos, para bien o para mal. Si hay comunicación, hay diálogo y es una
fortaleza para el cambio.
EL DESARROLLO
El desarrollo es una secuencia de cambios en el modo de pensar, la
capacidad que tenemos para resolver nuestros problemas. Así podemos crecer,
hasta la madurez.
DESARROLLO SOSTENIBLE
Hay un modo de entender el desarrollo. Si yo tengo un bosque y corto los
árboles para sacar madera, y no repongo esos árboles, ese desarrollo se va a
terminar. Por eso apostamos por el desarrollo sostenible.
Hay un marco jurídico que avala todo lo que hemos dicho: CPEUM, Ley
General para la Igualdad entre mujeres y hombres, Ley general de acceso de las
mujeres a una vida libre de violencia, Ley para prevenir y sancionar la trata
de personas. Y hay un Código federal de procedimiento general para pensar a
quienes violan estas leyes.
¿Qué es el poder? -
"poder es estar aquí",
- "poder es dinero, recurso
económico",
- "poder es poder decidir",
- "poder
es poder mandar sobre otro"
- Solo hay poder
cuando haya otra u otras personas que nos obedezcan. Todas tenemos poder sobre
otras personas. Por ejemplo, nosotras sobre nuestros hijos.
- Yo espero que ustedes
aprendan cómo el poder puede ser compartido, y cómo puede ser democrático.
Los que tienen poder,
para poder mantenerse arriba, utilizan dos formas:
- Con la violencia: si no
obedeces lo que yo te digo, te pego. Las amenazas "si no me obedeces te
quito el laptop".
- Mediante consensos:
platicando, dialogando, negociando con la otra persona. Ésta es la forma
democrática.
En todas partes hay relaciones
de poder. En la iglesia, primero el Papa, luego los cardenales, luego el cura
de la iglesia. En la familia también, el poder lo tiene el hombre, luego la
mamá, luego los hijos. El poder se basa en las relaciones. En las relaciones de poder, cada quien ejerce
su poder.
PATRIARCADO
Pero, ¿de dónde viene ese
poder, esas relaciones de poder?
Vivimos en una sociedad
patriarcal, que significa que es una sociedad en la que quien decide, quien
tiene el poder, son los hombres. La sociedad en la que vivimos ha hecho creer
que los hombres son los que mandan y nosotras mujeres obedecemos.
Es la sociedad la que
enseña a los niños que van a mandar, y a las niñas que van a obedecer. Son
muchas las instituciones de la sociedad que enseñan así a los niños: La
familia, la escuela, la iglesia, la televisión...
¿Cómo le enseña la mamá a
las hijas a obedecer?
Delfina: Le digo "en
la escuela, no te quejes, obedece"
Reina: yo tengo que
aplicar una estrategia para que la niña que vive conmigo me obedezca. Antes no
obedecía
Mara: Desde que tenemos
una hija, le enseñamos a nuestra hija que diga lo que le diga, tiene que
obedecer. Y si ella quiere llevarme la contraria, aunque la orden esté mal,
tiene que callarse, no protestar y obedecer.
¿Que les decimos a los niños?
- Le decimos
"cuando tengas una mujer ella te va a cocinar y a planchar"
- Al niño le decimos
"tranquilo, yo lavo los trastes. A la niña no"
- A veces le decimos a la niña
"sirvele a tu hermano". Ella puede estar haciendo su tarea, pero
hacemos que se levante para que le sirva a su hermano, o a su papá.
El poder es distinto a la
autoridad. Tener poder no quiere decir a veces tener autoridad. Y al contrario,
a veces quienes tienen autoridad no tienen poder. Autoridad es aquella persona
a la que nosotros/as mismas le damos esa autoridad. Por ejemplo, el presidente
municipal es una autoridad porque nosotros se la dimos con nuestro voto. El
Papa tiene poder y autoridad sobre los cardenales, porque ellos le eligieron,
pero no sobre nosotros. Las mamás tienen poder y autoridad sobre las mamás, y
es la ley quien nos da esa autoridad.
En la familia, las relaciones
de poder son asimétricas, no son iguales, hay una jerarquía. La mujer obedece
al hombre, y luego las mamás mandan sobre los hijos.
El hombre ejerce ese
poder de forma violenta, y esa violencia se presenta de diferentes formas: no
solo golpeando, también amenazando, humillando. Esto ocurre y se repite y se
mantiene porque nosotras las mujeres lo permitimos, por miedo.
Una participante dice "Lo que pasa es que a
veces yo respondo porque me quiero defender de su violencia y entonces lo que
genera es más violencia, él responde más violentamente todavía".
¿Cómo ejerzo el poder en mi
casa?
Hay vivencias
diferentes. Una compañera dice que en su casa no tiene problemas porque su
marido es bueno, no la golpea nada. Sin embargo, las otras sufren violencia por
parte de sus maridos.
- "Le digo a
mis hijos que si van al baile vayan solo a bailar, que no vaya a hacer cosas
malas. Por eso hay que seguirles". "Tiene derecho a tener novio, pero
que se cuide". "El marido pega con el sartén". No todas vivimos
igual: una compañera plática con su marido cando no está de acuerdo.
- "si se pone conmigo le doy a sartillazos"
- Las mamás
ejercemos el poder con nuestros hijos, otras lo hemos perdido ya. Nos
preguntamos cómo mantener el poder con nuestros hijos adolescentes, porque es
un periodo muy crítico, en el que corren también muchos riesgos, y cómo
orientarles. Algunas compañeras usan violencia física o verbal para ejercer el
poder, otras dialogan.
- La mayoría
tenemos bastantes hijos, la mayoría más de 6. Para casi todas las
compañeras, el marido no da dinero a la mujer.
- Hace años
yo puse una etiqueta en mi coche que decía "pon alto a la violencia contra
las mujeres". Un día iba en el coche con mi nieta y se me ocurrió darle
dos nalgadas, entonces ella me dijo "¿entonces por qué llevas esa etiqueta
de pon alto a la violencia?". Me hizo pensar. Si queremos cambiar las
relaciones de poder, las formas de relación, ¿por qué no empezamos por nosotras
mismas?.
Nosotras hacemos un montón de trabajo en la casa, y es un trabajo sin horarios, sin remuneración económica, pero con ese trabajo aportamos mucho dinero a la casa. Porque, cuánto cuesta una señora que lava ropa? y que planche? y una maestra que ayude a los niños en la tarea de la escuela? Es un trabajo diario que cuesta por lo menos 200 pesos al día. Todas las mujeres trabajamos. Y no recibimos dinero por este trabajo, mas sin embargo nuestro cuerpo se desgasta, como una camisa que lavo mucho. Se cansa nuestro cuerpo y nuestra mente. Si además de todo ese trabajo tenemos que sufrir la violencia del que nos manda, el cuerpo se desgasta el doble, podemos llegar a enfermar, o incluso a morir.
Qué podemos hacer?
Involucrar a nuestra pareja y nuestros hijos en los quehaceres. No queremos que
nos ayuden, queremos que asuman su responsabilidad. El que exige, violenta,
manda, no asume su responsabilidad en la casa... eso no es un hombre, es un
macho. Y nosotras no queremos un macho en casa, queremos un hombre.
Necesitamos que las
relaciones sean democráticas. Queremos que ellos participen, que asuman sus
responsabilidades. Pero también nosotras tenemos que cambiar. Cambiar la forma
de relacionarnos con nuestros hijos e hijas. Y cuando cambiemos esas relaciones
de poder, entonces vamos a empoderarnos. Mientras no cambiemos las relaciones
de poder no podemos decir que hay democracia. Y la democracia consiste en
escuchar a los hijos, a las hijas, a la mujer y al esposo. Recuerden que la
mamá y el papá son los modelos que los hijos van a seguir, como somos, como les
educamos, como les enseñamos, así van a ser ellos de adultos. Si ellos ven que
el papá pega a la mamá, muchos de esos hijos pegarán a sus esposas. Otros no,
pero muchos sí. Si la hija ve en la casa que su mamá es sumisa, es callada, así
va a ser ella.
Pero, para cambiar las
relaciones de poder, necesito: primero, tener una autoestima alta, quererme a
mí misma, así no voy a dejar que me maltraten. Significa cambiar la vida,
nuestro futuro, y también cambiarle la vida a nuestras hijas y a nuestros
hijos. Hay un dicho que dice "primero debo quererme a mí, para aprender a
querer a los demás".
Cómo podemos pedirle al
gobierno que sea un gobierno democrático si en nuestra casa somos dictadores.
Tenemos que cambiar la relación con nuestros hijos, hijas, con nuestro esposo, platicar
para que cambie de actitud. Primero cambiamos la relación en nuestra casa, y
luego afuera. La democracia empieza en casa.
Necesitamos entre todas
construir en nuestra casa el buen trato. Tratar bien a nuestras hijas e hijos,
no repetir con otras lo que nos hicieron a nosotras.
Reina: Cómo hacer para
que nuestros esposos también vengan?
¿Qué aprendimos en el taller?
- Primero, aprendí que
las mujeres valemos mucho y somos muy importantes. Aprendí que las mujeres y
los hombres tienen el mismo derecho, y que también los hombres tienen que
ayudar en la casa, pueden cocinar, pueden lavar
- Aprendí que es verdad
eso de que no queremos que el hombre nos ayude en la casa, sino que asuma su
responsabilidad. Y también espero que aquí las señoras ya pongan fin al
maltrato. También que yo como hija tengo que colaborar en la casa.
- Hoy yo comprendo mejor
de lo que he venido aprendiendo, porque antes yo no sabía que tenía derecho a
un terreno, a que camine igual con el hombre, pero eso ahora ya lo se. Ahora ya
tengo mi terreno, ya lo he ganado. Me siento más preparada que valgo igual que
él
- Doy las gracias a
Delfina por invitarme a venir. No iba a venir porque mi marido no me dejaba,
pero estoy contenta de haber venido. Yo le dije yo voy a ir quieras o no quieras,
y sí, qué bien, me siento muy orgullosa de que aprendí mucho, que tengo
derechos. Le doy las gracias a Mara y a Kinal porque despierta a las mujeres.
- María: Yo aprendí que
tengo que hablar con mi hijo, y tiene la obligación de ayudar en la casa, y que
no solo el hombre tiene el poder sino que también la mujer. Aprendí también que
el hombre tiene que llorar. Mi hijo dice que no tiene que llorar porque es
hombre
- Tere: No solo el hombre
tiene el poder, también las mujeres tenemos derecho, que haya igualdad, tanto
en el hombre como en la mujer. También cómo tratar a las personas, que debe
haber un diálogo, que no debe ser a golpes. Por ejemplo, yo si soy muy violenta
debo cambiar yo primero en mi casa, para darles el ejemplo a otras compañeras.
- Patrocinia: APrendí
algo más hoy, porque no tengo con quién platicar en mi casa, pero me siento
contenta con el trabajo de Kinal.
- Bego: Me gustó recordar
que las mujeres somos las que tenemos la decisión de cambiar, que el cambio
empieza en una. Porque a veces las mujeres que trabajamos por los derechos de
otras mujeres, por la salud, el derecho a decidir, el fin de la violencia...
somos las primeras que no lo aplicamos para nosotras mismas. Y que nosotras
tenemos el poder de decidir, que el otro tiene poder porque nosotras se lo
damos.
- Reina: Aprendí que el
poder lo debemos democratizar, con la pareja, con los hijos.
- Guadalupe: Gracias por
darnos ese poder.
- Mara: Gracias
Hermelinda por haberme invitado. Yo aprendo muchas cosas de ustedes, maduro y me
sirve de experiencia.
- Josefina: He aprendido
que valemos mucho.
El presente trabajo, son extractos de la relatoria del Taller "Las Mujeres y las relaciones de Poder" celebrado en Ometepec Guerrero. Agradeciendo a "Bego" por la captura de la relatoria.
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